Hoy cumplo un año trabajando como funcionario del SEPE.
El 22 de Agosto de 2010 hubo una cena en casa de Susana para despedirnos de Galicia. Al día siguiente madrugábamos para cruzar la península en un coche a reventar. Salimos de Pontevedra y en La Cañiza tuve que parar en la por todos conocida gasolinera a cagar un poco de agua. Supongo que contenía ciertos nervios por el cambio atroz de vida. Continuamos hasta Toledo. Allí buscábamos una urbanización en la que viven los primos de Susana. Sabíamos que estaba en la Calle del Olivar. Eso le dijimos a nuestro GPS. El resultado fue perdernos por un mal camino de barro rodeado de olivos (Calle del Olivar dicen). Tras un par de preguntas logramos llegar a buen término y pasamos 3 días en Toledo. Un calor que te Abraxas (Santana) y nuevo rumbo a Valencia. Allí nos esperaba el Balearia a Palma. Esperando a subir al barco, la policía nacional revisaba el interior de los coches. Yo pensaba: "sácame algo y lo vuelves a meter tu". Pero sin incidentes. Subimos al barco e imposible dormir. El aire acondicionado estaba a -3 grados y la solución fue salir a la intemperie. Al llegar a la isla (6 de la mañana del 26 de Agosto), fuimos a casa de mi hermano, y a las pocas horas a buscar piso. Al segundo día optamos por uno con una habitación y parking por 550 € al mes. Y a esperar que el BOE nos dijera cuando iba a empezar a trabajar.
Durante la espera, mi hermano tuvo una hija y Susana encontró trabajo y empezando antes que yo. Aunque yo había ajustado bien el viaje y empecé el 15 de Septiembre. Ese día estaba a las 8:00 en la Dirección Provincial tomando posesión del cargo. Posteriormente a casa a por la bici y a la oficina a ver de que iba la película. Primer contacto: ver miles de personas. Reunión con la directora de la oficina (una joven asturiana la mar de maja). Luego conocí a los chicos que venían ocupando nuestras plazas y me sentaron en una mesa al lado de una persona que me iba explicando más o menos lo que estaba pasando.
Os puedo asegurar que las primeras semanas fueron más duras aún que cualquier cosa imaginable. No tenía ni idea de lo que había que hacer y solo con pensar que me pondrían en una mesa a atender gente, me daban taquicardias.
Para cuando organizaron un curso de formación de una semana, ya había aprendido buena parte de las cosas. Tras el curso noté que ya podía atreverme (actualmente me doy cuenta cada día de que no se está preparado jamás). Y así hasta hoy.
3 comentarios:
Los primeros días de trabajo en un puesto de atención al público son lo peor de lo peor.
¿Cuál es el balance de tu primer año?
Trabajo: 6 (comienzo fatal, pero fue mejorando hasta el aprobado).
Ocio: 6 (hago lo mismo que en Vigo, menos salir por la noche).
Vivienda: 1 (vaya infierno).
¿Tenia sistema nervioso central la aquagada?
Publicar un comentario